jueves, 2 de octubre de 2014

El negocio inmobiliario tras la crisis del centro

Fuente: El Colombiano

 
Juan David Ortiz Franco | Medellín | Publicado el 2 de octubre de 2014

“Con el centro están jugando monopolio y nos están haciendo trampa”. La frase es de Sergio Restrepo, director del teatro Pablo Tobón Uribe. Recoge una inquietud que ronda esa zona de Medellín desde hace meses y trata de responder a la pregunta sobre los ganadores y los perdedores de una situación de confrontación que se ha intensificado, pero que desde mucho antes ha estado marcada por confrontaciones, amenazas y desplazamientos.

La denuncia de Restrepo fue simbólica. En una reunión de seguridad, con ministro de Defensa a bordo, le entregó un juego de Monopolio al alcalde Aníbal Gaviria y le pidió no permitir que ese fuera destino del centro de la ciudad.

Héctor Abad Faciolince fue más explícito. En su columna publicada la segunda semana de julio en el periódico El Espectador dijo que existe una mafia dedicada a deteriorar el centro para comprarlo barato: “Y hay una manera muy buena de abaratar el centro: volviéndolo mierda. Esto es lo que está consiguiendo un grupo mafioso de Medellín que cobra vacunas, maneja la delincuencia y compra propiedades. ¿Cómo espantar a los trabajadores y comerciantes honestos del centro de la ciudad? Muy fácil: atracándolos, extorsionándolos, volviéndoles la vida imposible”.

Se refiere al supuesto avance de un grupo de inversionistas que estaría vinculado con estructuras armadas para comprar cuadra por cuadra el centro de la ciudad. Su objetivo estaría en las zonas de mayor deterioro y con mejores perspectivas de valorización a futuro.

Federico Estrada, gerente de La Lonja de Propiedad Raíz de Medellín, reconoce que existe un impacto negativo de la violencia del centro sobre el negocio inmobiliario, pero dice que la situación tiene matices y que ese gremio no ha podido constatar que exista un deterioro intencional con el propósito de abaratar propiedades.

“Esa denuncia la he oído, la misma administración municipal ha preguntado, pero hoy no sería capaz de evidenciar que hay una fuerza del mal deteriorando las zonas con el ánimo de hacer adquisiciones. No lo puedo evidenciar pero tampoco puedo decir que no existe”, dijo el gerente de La Lonja.

Estrada agregó, sin embargo, que es probable que haya inversionistas interesados en aprovechar eventuales caídas en los precios para comprar en el momento que más beneficia sus intereses, pero aclaró que esa dinámica es diferente es la connivencia entre ilegales y compradores: “Una cosa es el típico paisa avispado comprando para después ponerlo a valer, seguramente lo habrá, pero no hay algún tipo de evidencia de que haya grupos que se apoderan de una cuadra, generen caos, vacunas y atraquen para después comprar los locales”.

Por su parte, Luis Guillermo Pardo, director del Centro de Consultoría en Conflicto Urbano (C3), dice que la dinámica del negocio inmobiliario en la zona muestra que quienes sacan provecho de la situación de inseguridad en el centro no son exclusivamente quienes integran las estructuras armadas enfrentadas por el control de los negocios ilegales.

“Cuando se vive una situación de crisis, se desvalorizan algunas zonas. Se vende y se compra muy barato y luego se capitaliza esa inversión. Como hay una estrategia en el POT para que se vuelva a habitar el centro de la ciudad, se infiere que va haber una revalorización muy grande de esas propiedades”, dice Pardo.

Según el director del C3, en sectores como Barrio Triste se ha percibido una reducción en el precio de los locales. Situación que representa dificultades para los antiguos comerciantes asentados en la zona, pero también representa una oportunidad para los inversionistas

La pregunta de fondo, según el director del C3, apunta a quiénes son esos compradores pues, según dice, sí es posible rastrear una relación entre algunos de ellos y la actividad ilegal de las estructuras armadas del centro.

“El deterioro de los precios empezó a sentirse mucho más desde lo que va corrido de este año. Lo normal es que cuando un local o una vivienda se entrega, luego se arriende un poco más caro, aquí está pasado lo contrario. A los propietarios les toca bajar el precio del contrato anterior para poder arrendar”, dice el administrador de una agencia de arrendamientos del centro de la ciudad en referencia a la situación de Barrio Triste.

Sin embargo, el gerente de La Lonja de Propiedad Raíz de Medellín afirma que para esa organización no es claro que se esté presentando una caída en los precios.

“Cuando tenés un local por el frente del que te caminan más de un millón de personas al día, por más desorden, ocupación del espacio público o deterioro urbanístico que se genere, se conservan los valores inmobiliarios”, dice Estrada quien, a pesar de eso, reconoce que la situación de los últimos meses sí ha hecho más difícil arrendar en determinados sectores de la comuna 10.

Con esa idea coincide un empleado de otra agencia de arrendamientos quien explica que si bien hay reservas a la hora de comprar o arrendar en algunas zonas del centro, la demanda se mantiene, pues sigue tratándose de un sector estratégico y la inseguridad no es exclusiva del sector: “La gente sí manifiesta temor por el problema, sobre todo por la vacunas, pero son conscientes de que ese es un problema que van a tener en cualquier parte de la ciudad".

Las autoridades, por su parte, dicen conocer las denuncias y estar avanzando en las verificaciones con la oficina de Catastro Municipal para cruzar las bases de datos con los movimientos inmobiliarios de la zona.

“Simplemente fue una versión. Hicimos un puente con Catastro que hizo lo propio con sus unidades de registro con el fin de saber qué lectura se le puede hacer a esa denuncia. Si se detecta cualquier tipo de irregularidad, lo daríamos a conocer a la Fiscalía, pero por ahora no podemos ratificar que esta situación se esté presentando”, dice el coronel (r) Sergio Vargas Colmenares, secretario de Seguridad de Medellín.

Mientras esos análisis arrojan algún resultado, quienes denuncian la problemática sostienen que aumenta la capacidad de esos compradores para camuflar sus movimientos y aumentar sus ganacias. Abad Faciolince lo resumió en una frase: "En Medellín están dejando que la mafia de la droga, la delincuencia, la prostitución, el juego y las universidades de garaje se tome el centro, y lo vuelva pedazos, con el único fin de comprarlo barato".

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